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Capítulo 1

I. Isaías tiene una visión de Judá y Jerusalén.

A. Visión de Isaías acerca de Judá sobre sus juicios.

1. Lamento de Dios acerca de Judá y Jerusalén.

a. 1:1  Esta es la visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén. En días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. 2 Re 19:2, 20; 20:1.

“Isaías recibe una revelación de Dios sobre el juicio que hará primero a Israel y después a Judá. Les hace una advertencia que si continúan haciendo sus maldades, irán a juicio. Esta revelación la recibe desde finales del reino del rey Uzías hasta el rey Ezequías, antes que sucedieran las cosas Dios siempre les advierte”

1.1. Lamento de Dios por su pueblo de Israel.

a. 1:2  Óyeme, cielos, y escucha tú, tierra. Porque habla Jehová. Crie hijos, y los engrandecí. Y ellos se rebelaron contra mí.

“Dios hace una exclamación, hacia el cielo y la tierra. Les dice que crio hijos y los engrandeció. Pero ellos se rebelaron contra él. Estos hijos de Dios, se refiere a su pueblo Israel. Incluyendo a sus sacerdotes, profetas, sus reyes y príncipes”.

b. 1:3  El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento.

“Luego Dios humaniza, comparando el conocimiento del buey y del asno con el entendimiento de su pueblo. Animales menos inteligentes que el hombre. Pero ellos conocen a su dueño y su lugar de reposo. Explicándoles que su pueblo no tiene entendimiento y conocimiento de su Dios como su dueño. Y de Jerusalén como su ciudad de reposo”.

c. 1:4  ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová. Provocaron el juicio del Santo de Israel. Se volvieron atrás.

“Una tercera exclamación hace Dios: sobre el pecado de su pueblo. Anunciando calificativos de antivalores: Pueblo cargado de maldad, depravados, son una generación maligna. Explicándoles que dejaron a Jehová. Y su maldad hizo que se provocara la ira del Santo de Israel. Refiriéndose a él y a sus juicios. Por último, le indica, que se han vuelto atrás. Queriendo decir; se volvieron de donde los había sacado. De ciudades, pueblos idólatras y malos”.

d. 1:5  ¿Por qué aún quieren ser castigados? ¿Todavía se rebelan? Toda cabeza está enferma, y todo corazón dolido.

“Les hace una pregunta, para ayudarles a reflexionar, les dice: ¿quieren que los siga castigando? ¿Van a seguir revelándose? A pesar de su condición humana. Van a seguir en contra de lo que Dios le ha establecido. Les dice: Ve como están. Por haberse revelado. Por causa de su maldad. Su cabeza está enferma. Es decir; nada bueno piensan, su mente está enferma de maldad. Y su órgano principal, su corazón, le duele. Porque es grande su maldad, tienen dolor en el alma”.

e. 1:6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.

“Su cabeza está enferma y su corazón dolido. Desde su alma, no hay nada sano en todos ellos, desde la cabeza hasta los pies, la mente y el corazón, están corrompidos. Están tan enfermo que se hinchó su herida. Se ha hecho una podrida llaga infecciosa. No se ha podido curar, la han dejado al descubierto, no le han puesto ungüento para que sane. Se han dejado dominar por lo malo, sin hacer nada para remediar su mal proceder. 

1.2. Por su misericordia no fueron destruidos.

a. 1:7 Su tierra está destruida, sus ciudades expuestas al fuego. Su tierra es comida por extranjeros, delante de ustedes. Y asolada, como asolamiento de extraños.

“Le recuerda la condición de la tierra que fluye leche y miel, que Dios le había dado. En qué condiciones se encuentra ahora. Destruida, quemada, consumida por extranjeros sus alimentos. Asolada por gente extraña.

1:8  Y queda la hija de Sión como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.

“Dios habla de los descendientes de Israel en Jerusalén, que han quedado protegidos por él. A pesar de su asolamiento y destrucción, siempre Dios dejó un remanente, a quien él protege como una cosa delicada”.

1.3. Dios le cambia el nombre a Judá por Sodoma y Gomorra.

a. 1:9  Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.

b. 1:10  Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchen la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.

“Dios les explica: Hubiesen sido como Sodoma, y semejante a Gomorra. Si no le deja Dios un remanente. Les cambia el nombre a Judá comparándola con Sodoma y Gomorra. La llama príncipe de Sodoma y pueblo de Gomorra. Les dice escuchen su palabra y oigan su ley. Esta vez ya no los llama Israel. Porque andan como pueblo sin ley, y no la quieren escuchar. Se comportan como la conducta banal, depravada, antisocial, adúltera, homosexual de la desaparecida Sodoma y Gomorra. Que destruyó Dios por sus abominaciones. Cambiando posiblemente su condición normal como los creo Dios, por los hábitos de Sodoma y Gomorra, que habían irrespetado aún a los ángeles de Dios, queriendo poseerlos. Lot prefería entregarles a sus hijas y no a los varones de Dios, que estaban de visita en su casa, cuando iban a destruir a Sodoma y Gomorra. Y posteriormente, muchos años después, cuando van al exilio, les dice: que su pecado fue peor que el de Sodoma y Gomorra”.

1.4. Dios protesta sus fiestas y sacrificios.

a. 1:11  ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de sus sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.

b. 1:12  ¿Quién demanda esto de sus manos? ¿Cuándo vienen a presentarse delante de mí? ¿Para hollar mis atrios?

c. 1:13  No me traigas más ofrenda vana. El incienso me es abominación. También luna nueva y día de reposo. El convocar asambleas, no lo puedo seguir sufriendo. Porque son iniquidad sus fiestas solemnes.

d. 1:14 Sus lunas nuevas y sus fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma. Son un sufrimiento. Cansado estoy de soportarlas.

e. 1:15 Cuando extiendan sus manos, yo esconderé de ustedes mis ojos. Así mismo cuando multipliquen la oración. Yo no oiré. Porque sus manos están llenas de sangre.

“En su exhortación Dios les explica. Para que ellos puedan reflexionar lo siguiente: Para qué le sirven sus sacrificios, si está hastiado de ellos. Para qué hacen sacrificio. Si Dios no se los mandó hacer. De la manera que lo hacen. Porque sí vienen a sus atrios. Para destruirlos con sus maldades, después de haber venido de hacer adoración, abominables e idolatras a Baal. De nada sirve sus sacrificios. Todas sus fiestas y todo lo que estas representan, es abominación y sufrimiento para Dios. Porque no la hacen para agradar a Dios. Es como un ritual. Pero no es lo que a Dios le agrada. Dios aborrece sus fiestas, no les agrada, está cansado de soportarlas. Si sus manos están llenas de sangre por sus sacrificios y homicidios. Como la van a levantar. Si no hay un deseo puro. Si no impuro. Porque Dios va a mirar sus manos hipócritas, llenas de pruebas, que atestiguan sus delitos, marcadas de sangres. Tampoco oirá sus oraciones, aunque la multipliquen. Si no cambian, no se arrepienten de hacer lo malo y no lo hacen de todo su corazón”.

1.5. Exhorta a dejar de hacer lo malo, y volverse a Dios.

a. 1:16  Lávense y límpiense, es decir; quiten la iniquidad de sus obras delante de mis ojos. Dejen de hacer lo malo.

b. 1:17  Aprendan a hacer el bien, es decir; busquen el juicio, restituyan al agraviado, hagan justicia al huérfano, amparen a la viuda.

“Siempre les advierte y les dice, por boca de casi todos los profetas, sobre: no perjudicar, ni hacer injusticia, sino hacer justicia al huérfano y la viuda. Lávense y límpiense, es decir; quiten de sus ojos, sus obras de maldad. Esto significa: Es que dejen de hacer el mal, no mirar con codicia, ni avaricia. Aprendan hacer el bien, busquen el justo juicio, hagan lo recto. Lo justo, sin ofender a nadie, hagan justicia al huérfano y amparar a la viuda. Es que le den la parte que le corresponde según la ley.  Para que no estén desamparados, ni aun el huérfano en su vida. Para que puedan sustentarse cada día, vestirse y calzarse. Para que no mendiguen, ni pidan pan”

1.6. Procurar hacer lo recto, y luego busquen a Jehová.

a. 1:18 Luego vengan, dice Jehová, y estemos a cuenta: si sus pecados fueran como la grana, como la nieve, serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

b. 1:19  Si quisieras y prestas atención, comerás el bien de la tierra.

c. 1:20  Si no quisieras y te rebelas, serás muerto con la espada. Porque la boca de Jehová lo ha dicho.

“Dios les habla indicándoles cómo pueden ellos obtener el perdón de Dios. Porque ellos se presentan delante de Dios sin vergüenza. Porque hacen lo malo. Siguen haciéndolo constantemente. Sin ningún arrepentimiento. Y sin ningún compromiso de cambiar. Presentan sus caras delante de él sin importarles nada. Sus manos sucias de maldad, levantadas delante de Dios, su mente enferma de maldad y su corazón impuro. Así pretenden que Dios los escuche y los perdone. No es que Dios no los quiere perdonar. Es que constantemente cometen errores con intención y alevosía, sin importarles nada. Pero Dios les dice, hagan lo bueno, y busquen hacer su justicia. Cambien y hagan el bien. Se arrepientan de sus maldades. Y hagan la justicia de Dios. Sin dañar a nadie. Dándole al huérfano y a la viuda lo que le corresponde por la ley. Y luego estén a cuenta con Dios. Para Dios perdonarles. Y aun sus pecados más graves, él se los perdonará. Los invita a estar a cuenta. Luego él perdonará sus pecados, después de hacer lo bueno. Si esto quieren hacer, comerás el bien de la tierra. Prosperarás en todo lo que hagas. Si fueras rebelde y no quieres hacer lo bueno, entonces te irá mal. Porque así lo indica Jehová”.

1.7. Les hace ver la diferencia de lo que eran y son ahora.

a. 1:21  ¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad. Pero ahora, los homicidas.

b. 1:22  Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua.

c. 1:23  Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones. Todos aman el soborno, y van tras las recompensas. Y no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos, la causa de la viuda.

“Dios compara su estado de cómo eran y como son ahora. Antes era una ciudad fiel, justa, equilibrada. Pero ahora habitan los homicidas y las rameras. Se han corrompido hasta el punto de matar y prostituirse, como ramera. Por otro lado, les dice: Tu plata es escoria, tu vino está mesclado de agua. Es decir: actúan con falsedad e injusticia. No son leales, adulteran todo lo que venden. Y también les dice: Sus príncipes corruptos aman el soborno, y son injusto en la ayuda que le deben prestar al huérfano y la viuda. Porque no le dan lo justo, lo que Dios les ha establecido. Para ayudarlos, según su ley”.

2. La sentencia por su pecado.

a. 1:24  Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Eh, buscaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios.

b. 1:25  Volveré mi mano contra ti. Limpiaré hasta lo más puro tus escorias. Y quitaré toda tu impureza.

c. 1:26  Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes. Por consiguiente, te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.

d. 1:27 Sión será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia.

e. 1:28 Pero los rebeldes y pecadores, de una vez, serán quebrantados. Y los que dejan a Jehová serán consumidos.

f. 1:29  Por consiguiente, se avergonzarán las encinas que amaste, y los afrentarán los huertos que escogiste.

g. 1:30 Porque serás como encina a la que se le cae la hoja, y como huerto al que le faltan las aguas.

h. 1:31 El fuerte será como estopa. Lo que hizo como centella. Ambos serán encendidos juntamente. Y no habrá quien lo apague.

“Dios les explica todo el juicio que hará con ellos. Los ve ahora como su enemigo y su adversario. Y les dice: que se vengará de ellos. Y procurará satisfacerse de eso. Siendo su sentencia en el juicio, que le hace terrenal: Los rebeldes serán debilitados y los que dejen a Jehová serán destruidos. Les hará Juicio, que aun los árboles se avergonzarán de ellos. Se les debilitará su fuerza. Por falta del sustento del pan y de agua. Sus fuerzas serán debilitadas como un bagazo. Y desaparecerá todo lo adquirido por el tiempo. Vendrá su ruina. Porque todos sus bienes y posesiones serán quemadas justamente con ellos, así como se quema el árbol de la encina. Los que ellos usan para hacer sus ídolos de madera y luego adorarlo, bajo los árboles frondosos. Así será su destino”

“Por otra parte, les dice: Limpiaré su impureza. Quitará su inmundicia. Siendo santificado en Jesús, en su cuerpo. 1:25; Isa 53:9-10. Restaurare tus jueces, como al principio. Te llamarán ciudad de justicia y fiel. Esto no ha sucedido aún. 1:26. Rescatados con juicio, y a los que se vuelvan de su camino, con justicia. Esto sucedió, Jesús el Mesías pasó por un juicio. El juicio que le correspondía a ellos. Pero su justicia la obtendrá, el que se vuelva de su camino. Los llamados a recibir la salvación de Dios”. 1:27; Isa 53:11.

“Dios le ratifica su redención, a pesar de ellos. Por todo lo que pasarán, deberán humillarse delante de Dios. Cosa que no pasó, ni en el exilio, ni después. Aun después de su Juicio contra ellos, que ya hayan pasado, ellos serán limpiados. Porque pasará cuando Dios cumpla su promesa. Enviará al Mesías. Y así sucedió. Les perdonó sus pecados, a todos aquellos que esperaron su promesa”.


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