XXI. Pronto vendrá la salvación
eterna de Dios.
A. Pronto vendrá la justicia de Dios.
1. La justicia que Dios traerá para luz a las naciones.
a. 51:1 Óiganme, los que siguen
la justicia, los que buscan a Jehová. Miren a la piedra de donde fuiste cortado, y al hueco de la cantera de donde fuiste arrancado.
b. 51:2 Mira a Abraham su padre,
y a Sara, que los dio a luz. Porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y
lo bendije y lo multipliqué.
c. 51:3 Ciertamente consolará
Jehová a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso.
Y su soledad en huerto de Jehová. En ella habrá alegría, gozo, alabanza y tonos
de canto.
d. 51:4 Estén atentos a mí,
pueblo mío, y óiganme, nación mía. Porque de mí saldrá la ley, y mi justicia
para luz de los pueblos.
e. 51:5 Cercana está mi
justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a los pueblos. A mí me
esperan los de la costa, y en mi brazo ponen su esperanza.
f. 51:6 Alcen a los cielos sus
ojos, y miren abajo a la tierra. Porque los cielos serán deshechos como humo, y
la tierra se envejecerá como ropa de vestir. Y de la misma manera perecerán sus
moradores. Pero mi salvación será para siempre. Mi justicia no perecerá.
g. 51:7 Óiganme, los que conocen justicia, pueblo en cuyo corazón está
mi ley. No temas afrenta de hombre, ni desmayes por sus ultrajes.
2. La justicia permanente de Dios.
a. 51:8 Porque como a vestidura
los comerá la polilla, como a lana los comerá gusano. Pero mi justicia
permanecerá perpetuamente, y mi salvación por siglos de siglos.
b. 51:9 Despiértate,
despiértate, vístete de poder, oh brazo de Jehová. Despiértate, como en el
tiempo antiguo, en los siglos pasados. ¿No eres tú el que cortó a Rahab, y el
que hirió al dragón?
c. 51:10 ¿No eres tú el que secó
el mar, de las aguas del gran abismo? ¿El que transformó en camino las
profundidades del mar? ¿Para que pasaran los redimidos?
d. 51:11 Ciertamente, volverán
los redimidos de Jehová. Volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre
sus cabezas. Tendrán gozo y alegría. No habrá dolor, ni gemido.
e. 51:12 Yo, yo soy su
consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y
del hijo de hombre, que es como heno?
f. 51:13 Ya te has olvidado de
Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra. Y todo el día
temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para
destruir. ¿Pero dónde está el furor del que aflige?
g. 51:14 El preso agobiado pronto
será libertado. No morirá en la cárcel, ni le faltará su pan.
3. La ira de Jehová contra Jerusalén pasará a sus enemigos.
a. 51:15 Porque yo Jehová, que
agito el mar y hago rugir sus ondas. Soy tu Dios, cuyo nombre es Jehová de los
ejércitos.
b. 51:16 En tu boca he puesto
mis palabras. Con la sombra de mi mano te cubrí. Extendiendo los cielos y
echando los cimientos de la tierra. Diciendo a Sion: Pueblo mío, eres tú.
c. 51:17 Despierta, despierta,
levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano de Jehová el cáliz de su ira. Porque
el cáliz de aturdimiento bebiste hasta los sedimentos.
d. 51:18 De todos los hijos que
dio a luz, no hay quien la guíe, ni quien la tome de la mano, de todos los
hijos que crio.
e. 51:19 Estas cosas te han acontecido: asolamiento, quebrantamiento,
hambre y espada. ¿Quién se dolerá de ti? ¿Quién te consolará?
f. 51:20 Tus hijos desmayaron,
estuvieron tendidos en las encrucijadas de todos los caminos, como antílope en
la red, llenos de la indignación de Jehová, de la ira del Dios tuyo.
g. 51:21 Oye, por tanto, ahora
esto, afligida, ebria, y no de vino:
h. 51:22 Así dijo Jehová tu
Señor, y tu Dios, el cual aboga por su pueblo: Mira, he quitado de tu mano el
cáliz de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira. Nunca más lo
beberás.
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