Capítulo 63
XXIII. El sacrificio expiatorio
del salvador.
A. Profecía sobre la demanda de la sangre de los
justos.
1. A 70 años de su venida
se demanda la sangre de los justos.
a. 63:1 ¿Quién
es este que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿Con este hermoso
vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia,
grande para salvar.
b. 63:2 ¿Por
qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar?
c. 63:3 He
pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie estaba conmigo. Los pisé con mi
juicio, y los hollé con mi justicia. Y su sangre salpicó mis vestidos. Y manché
todas mis ropas.
d. 63:4 Demandaré,
por tanto, este día de la venganza de mi corazón, cuando se cumpla el año de
mis redimidos.
e. 63:5 Miré,
y no había quien ayudase a mi pueblo. Me maravillé que no hubiera quien los sustentase.
Lo soporté porque, mi brazo me salvó, y mi juicio me sostuvo.
f. 63:6 Con mi
juicio, hollé a los pueblos, los embriagué en mi furor, y derramé en tierra su
sangre.
g. 63:7 De las
misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová. Conforme a
todo lo que Jehová nos ha dado. Y de la grandeza de sus beneficios hacia la
casa de Israel. Les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de
sus piedades.
“Esta
profecía, es cumplida en el año 70 después de su venida. Es recordada por
Jesús. Lucas 11:50-51. Su generación estaba en las mismas condiciones, e igual
se vivía como en estos tiempos en que profetizó Isaías”.
2. La pasión por
su pueblo Israel.
a. 63:8 Porque
dijo: Ciertamente, mi pueblo son hijos que no mienten. Y fue su Salvador.
b. 63:9 En
toda angustia de ellos, él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó. En
su amor y en su misericordia los redimió. El mismo vino y los salvó como
siempre lo había hecho.
3. La causa de
demandar la sangre del justo de Israel.
a. 63:10 Pero
ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su Santo Espíritu. Por lo cual se les
volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.
4. Dios estuvo
presente con su Espíritu entre ellos.
a. 63:11 Pero
se acordó de los tiempos antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde
está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que
puso en medio de él su Santo Espíritu?
b. 63:12 El
que los guio por la diestra de Moisés, con el brazo de su gloria. El que
dividió las aguas delante de ellos, haciéndose así nombre perpetuo.
c. 63:13 El
que los condujo por los abismos, como un caballo por el desierto, sin que
tropezaran.
d. 63:14 El
Espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle. Así
pastoreaste a tu pueblo. Para hacerte nombre glorioso.
5. La
consecuencia de haber desobedecido, son cegados.
a. 63:15 Mira
desde el cielo, contempla desde tu santa y gloriosa morada. ¿Dónde está tu
celo, y tu poder, la conmoción de tus entrañas y tus misericordias para
conmigo? ¿Se han acabado?
b. 63:16 Pero
tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce. Tú,
oh Jehová, eres nuestro padre. Nuestro Redentor perpetuo es tu nombre.
c. 63:17 ¿Por
qué, oh Jehová, nos has hecho errar de tus caminos, y endureciste nuestro
corazón a tu temor? Vuélvete por amor de tus siervos, por las tribus de tu
heredad.
d. 63:18 Por
poco tiempo lo poseyó tu santo pueblo. Nuestros enemigos han hollado tu
santuario.
e. 63:19 Hemos
venido a ser como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste, sobre los cuales
nunca fue llamado tu nombre.
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