XVI. La justicia de Dios.
A. El reinado del Rey de reyes y Señor de señores.
1. El poder, carácter y autoridad del rey.
a. 32:1 Para
justicia reinará un rey, y príncipes presidirán en el juicio.
b. 32:2 Será
aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión.
Como arroyos de aguas en tierra de sequedad. Como la sombra, de un gran peñasco
en la tierra calurosa.
a. 32:3 No se confundirá,
en ese momento, los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán
atentos.
b. 32:4 El
corazón de los necios entenderá, y podrán saber. La lengua de los tartamudos
hablará rápida y claramente
2. La
justicia del reino.
a. 32:5 El
ruin nunca más será llamado generoso, ni el tramposo será llamado espléndido.
b. 32:6 Porque
el ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad. Para cometer
impiedad y para hablar escarnio contra Jehová. Dejando vacía el alma
hambrienta, y quitando la bebida al sediento.
c. 32:7 Las
armas del tramposo son malas. Trama intrigas inicuas para enredar a los simples,
con palabras mentirosas. Y para hablar en juicio contra el pobre.
d. 32:8 Pero
el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado.
B. La situación de Israel cuando
venga el Ungido.
a. La situación
de ruina hasta la venida del Ungido.
a. 32:9
Mujeres indolentes, levántense, oigan mi voz; hijas confiadas, escuchen mi
razón.
b. 32:10 De
aquí, a un año y unos meses, tendrás espanto, oh confiadas. Porque la vendimia
faltará, y la cosecha no se comercializará.
c. 32:11 Tiemblen,
oh indolentes. Túrbense, oh confiadas; despójense, desnúdense, vístanse con luto.
d. 32:12
Golpeándose el pecho, lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil.
e. 32:13 Sobre
la tierra de mi pueblo crecerá espinos y cardos. Y aun sobre todas las casas en
que hay alegría en la ciudad de alegría.
C. La promesa del Espíritu Santo.
2. La promesa
de su Espíritu Santo en su venida.
a. 32:14
Porque los palacios quedarán desiertos, la multitud de la ciudad cesará. Las
torres y fortalezas se volverán cuevas para siempre, donde descansen asnos
monteses, y ganados hagan majada.
b. 32:15 Hasta
que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se
convierta en campo fértil. Y el campo fértil sea estimado por bosque.
D. El reposo de Dios.
1. La
esperanza del reposo de Dios.
a. 32:16 Habitará
el juicio en el desierto, y en el campo fértil morará la justicia.
b. 32:17 El
efecto de la justicia será paz. La labor de la justicia, reposo y seguridad
para siempre.
c. 32:18 Mi
pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de
reposo.
d. 32:19 Cuando
caiga granizo, en los montes. La ciudad será abatida, por la siembra y los
animales.
e. 32:20 Pero
los que siembren junto a las aguas, serán dichosos. Dejando libres al buey y al
asno, para que puedan sobrevivir.
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